PUNTOS a tener en cuenta:
- Uno de los aspectos del virus del Síndrome Respiratorio y Reproductivo Porcino (vPRRS) que dificulta su control es su variabilidad genética y patógena. Durante los últimos años, hemos podido clasificar algunas cepas en grupos según su grado de patogenicidad.
- La secuenciación completa del vPRRS ayuda a hacer una mejor interpretación cuando la variabilidad de la región ORF5 es baja en las granjas, pero existen algunas limitaciones en lo que respecta a su uso en la práctica (tipo de muestra, carga viral, etc.). La monitorización de la presencia del vPRRS en las distintas fases de una granja permite evaluar la utilidad del plan de acción implementado y ayuda a decidir si se deben introducir nuevas acciones.
- Dentro del grupo de patogenicidad atípica, la cepa Rosalía ha sido la más detectada y diseminada los últimos años, siendo importantes las pérdidas ocasionadas durante y después de la nueva introducción de esta cepa en una granja. Tenemos constancia de su presencia en España desde principios del año 2020 y, tras más de 3 años, hemos podido recopilar información relacionada con su diseminación y con el control de la enfermedad que genera.
- El vPRRS tiene un poder inmunosupresor que aumenta la presencia de enfermedades secundarias de origen bacteriano, lo que a menudo obliga a recurrir al uso de antimicrobianos, un hecho que contrasta con los objetivos actuales de reducción del uso de antibióticos. Ahora es el momento de reflexionar y determinar cuáles son las medidas correctoras que debemos tomar en el presente y futuro.
Los primeros virus del Síndrome Respiratorio y Reproductivo Porcino (vPRRS) aislados en España se remontan al año 1991 y, tras más de 30 años, aún sigue siendo, en algunos aspectos, una enfermedad misteriosa, tal y como se describió en su inicio.
Uno de los aspectos clave del virus que dificulta su control en determinadas ocasiones es su variabilidad genética y patógena.
Durante los últimos años, gracias a la monitorización y la voluntad de muchos productores y veterinarios de compartir información sobre la presencia de cepas en las granjas de distintos puntos de España, hemos podido clasificar algunas cepas en grupos según su grado de patogenicidad.
Dentro del grupo de patogenicidad atípica, la cepa Rosalía ha sido la más detectada y diseminada los últimos años, siendo importantes las pérdidas ocasionadas durante y después de la nueva introducción de esta cepa en una granja.
A propósito de Rosalía
Tenemos constancia de la presencia de la cepa Rosalía en España desde principios del año 2020 y, tras más de 3 años, hemos podido recopilar información relacionada con distintos aspectos de su diseminación y del control de la enfermedad que genera.
La disponibilidad de datos nos permite responder con cierta fiabilidad a las siguientes preguntas:
- ¿Existe mayor incidencia en determinadas zonas?
- ¿Hay efectos relacionados con el tamaño de granja?
- ¿El impacto sobre el rendimiento productivo es igual en todas las granjas?
- ¿Son estacionales las nuevas detecciones en granja?
- ¿Han aparecido nuevas líneas y/o sublíneas de la misma cepa?
Indagando en la epidemiología del PRRS a través de la secuenciación
En los últimos años, la secuenciación del vPRRS ha sido clave para entender mejor su epidemiología.
La secuenciación de la región ORF5 del genoma del virus nos ha permitido identificar las distintas líneas circulantes en granjas, empresas o regiones.
Las cepas que se diseminan rápidamente, replicándose en una gran cantidad de animales en un período corto de tiempo, pueden conducir a un aumento de la presencia de mutaciones o recombinaciones, dificultando la interpretación de las comparativas que habitualmente se realizan con el uso de secuenciaciones parciales del genoma vírico.
La secuenciación completa nos ayuda a hacer una mejor interpretación cuando la variabilidad de la ORF5 es baja en las detecciones en las granjas.
La disponibilidad de la secuenciación completa del vPRRS a nivel comercial es reciente y, probablemente, en un futuro averiguaremos hasta qué punto aumentará su utilidad, ya que existen algunas limitaciones en lo que respecta a su uso en la práctica (tipo de muestra, carga viral, etc.).
Monitorización y control del PRRS
Las herramientas disponibles para abordar el control de las cepas de alta virulencia son múltiples y cuantas más se apliquen, mayor probabilidad de éxito tendremos.
La monitorización de la presencia del vPRRS en las distintas fases de una granja permite evaluar la utilidad del plan de acción implementado y ayuda a decidir si se deben introducir nuevas acciones.
El método de muestreo de fluidos agregados (orales, castración y lenguas de cadáveres) permite monitorizar más animales y con más frecuencia si se compara con el sistema tradicional de sangrado de lechones.
La positividad y carga viral de la muestra agregada es uno de los criterios que puede ayudarnos a determinar si la evolución de la enfermedad en la granja es la deseada.
Disponemos ya de múltiples casos prácticos en los que el uso de esta herramienta ayuda a predecir si se está cerca de conseguir el objetivo inicial de estabilizar la granja en una fase determinada.
El reto de convivir con el vPRRS en la era ONE HEALTH
Está científicamente demostrado que el vPRRS tiene un poder inmunosupresor que predispone a la aparición de enfermedades secundarias de origen bacteriano, lo que a menudo obliga a recurrir al uso de antimicrobianos para mitigar las pérdidas productivas y mejorar el bienestar de los cerdos.
Este hecho contrasta con uno de los principales objetivos del sector porcino, la reducción de la necesidad de utilizar antimicrobianos para controlar las enfermedades.
La presencia del vPRRS en las granjas no ayuda a conseguir este objetivo y se debería considerar su presencia como una de las situaciones de alto riesgo que contempla la legislación europea para poder recurrir al uso profiláctico o metafiláctico de los antimicrobianos en situaciones extremas, especialmente en la fase de transición donde la forma endémica del PRRS ocasiona grandes pérdidas económicas, no solamente por la propia enfermedad, sino también por la presencia de patógenos secundarios, sobre todo en cepas virulentas.
La presencia de la cepa Rosalía en el sector porcino español durante los últimos 3 años ha provocado importantes pérdidas productivas y económicas en granjas de varias regiones del país, existiendo condicionantes de bioseguridad, que marcaron el aumento del riesgo de entrada de nuevas enfermedades o cepas (importaciones, aumento de zonas de alta densidad, baja bioseguridad, etc.), y de biocontención, que no evitaron su diseminación a otras granjas y regiones, algunos de los cuales permanecen presentes en la actualidad.
Ahora es el momento, con todo el conocimiento que nos genera la disponibilidad del análisis de datos, de reflexionar y determinar cuáles son las medidas correctoras que debemos tomar en el presente y futuro.